sábado, 3 de octubre de 2015

NEUMONÍA BACTERIANA

¿Qué es la Neumonía bacteriana?

Es una infección del pulmón caracterizada por la multiplicación de la bacteria Streptoccocus pneumoniae en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar. La reacción inflamatoria produce una ocupación de los alvéolos que puede visualizarse en una radiografía de tórax.


Morfología de la bacteria


Mecanismo de transmisión

Es través de las vías respiratorias: los agentes patógenos, procedentes del espacio nasofaríngeo del propio paciente o de las gotitas de tos o estornudos de otra persona infectada, penetran en los pulmones. Otra posibilidad de contagio consiste en que los patógenos lleguen a los pulmones desde otros órganos a través del torrente sanguíneo, aunque esto es infrecuente.

Forma de contagio



Síntomas
 Los síntomas de las neumonías son variables, sin que ello tenga siempre relación con el tipo de germen causante de la neumonía. Algunos casos debutan como neumonía típica, que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de tos con expectoración purulenta o herrumbrosa, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, producen síntomas más graduales con décimas de fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de cabeza. La tos es seca, sin expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardíaca previa puede aparecer dificultad respiratoria. Además, si los gérmenes pasan a la circulación sanguínea producen una bacteriemia que puede conducir a un shock séptico, con riesgo para la vida.

La imagen a continuación esclarece los síntomas de esta enfermedad

Prevención
Usted puede ayudar a prevenir la neumonía siguiendo las medidas que se presentan a continuación.


 Lávese las manos con frecuencia, especialmente:
   Antes de preparar y consumir alimentos.
   Después de sonarse la nariz.
   Después de ir al baño.
   Después de cambiar el pañal de un bebé.
   Después de entrar en contacto con personas enfermas.
No fume, ya que el tabaco daña la capacidad del pulmón para combatir la infección.

Las vacunas pueden ayudar a prevenir algunos tipos de neumonía.
Verifique que le apliquen las siguientes vacunas:
   Vacuna antigripal: puede ayudar a prevenir la neumonía causada por el virus de la gripe.
   Vacuna antineumocócica: reduce las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.

Las vacunas son incluso más importantes para los ancianos y las personas con diabetes, asma, enfisema, VIH, cáncer, personas con trasplantes de órganos u otras afecciones crónicas.

La siguiente imagen muestra las formas más sencillas de prevenir la neumonía:



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